HUELLAS las cuatro estaciones de Jose Unda

HUELLAS

Las cuatro estaciones de José Unda

 

El expresionismo abstracto de José Unda se designa alegórico en esta muestra. Cuatro estaciones en las que se conjugan la materia del color y la versatilidad del trazo como huellas en el tiempo de su arte. Un concepto fresco y singular a través del cual se organiza el pensamiento creativo del autor.

El florecimiento del color primaveral, la vehemencia de las formas estivales, la maduración de la expresión otoñal y la claridad de las texturas invernales se conjugan estacionalmente en esta exposición para diseñar una espacialidad temperada por el arte de Unda.

De esta manera se definen cuatro espacios estéticos cohesionados por el tiempo en el que José se ha entregado de lleno a la circunstancialidad creativa de su oficio de pintor. Y es que no se trata de cuatro estaciones temporales definidas por un calendario anual, sino de cuatro estaciones emergentes desde el yo interior de José Unda. Una condición estacional que ocurre en el artista incluso en una misma jornada de creación, pues él es capaz de moverse entre estas estaciones plásticas y generar una mixtura armonizada, o incluso ingobernable, tal como las estaciones temporales suelen acaecer en el clima de Quito: la ciudad en la que él practica el oficio diario de la creación artística con suma devoción.

Pero ¿cómo opera esta devoción creativa en Unda?

José es un pintor que practica una inmersión en campos cromáticos definidos, campos de bordes suaves, tal como si fueran matrices desbordadas de color. Y así interviene sobre estos con una diversidad de trazos signados por una volición creativa que se matiza a su vez del temperamento exclusivo del propio artista: un temperamento que brota diverso en cada momento de creación. Entonces surge una determinación pictórica que se define original en el mundo circunscrito a las armonías abstractivas de Unda.  Y he ahí donde reside el concepto de lo liminar que se liga con la devoción que mencionamos tal cual si fuera un oficio ritualizado por la norma de la creación.

Todo lo dicho se confirma con el principio del arte de José Unda que se define en la pintura de acción (Action painting), y que lo signa como un expresionista abstracto de nuestro tiempo. José practica el oficio del arte con un sentido ritual, y es ahí donde traza un límite entre el estado pasivo de la inspiración y el estado activo de la ejecución. Y es en el borde entre estos dos estados donde él define aquel umbral que debe traspasar para confrontarse ante el vacío del formato. Y así, cuando esto ocurre, la racionalidad del artista troca en la sensibilidad expresiva del pintor.

Una vez que José ha traspasado ese umbral, entonces se desconecta de un mundo coordenado y se imbuye en el mundo estético de su propio ser. Así germina una producción creativa que transcurre en el tiempo de la acción expresionista signada por la abstracción.

De esta manera opera José Unda y así su obra es identificable en la esfera de una originalidad que se ha perennizado en su propio tiempo. Es decir, el tiempo de este artista en el que singularizamos el concepto de la estacionalidad y en el que se marcan las huellas de su paso por el modernismo de una abstracción expresada a su manera, a la manera de Unda.

En suma, la estética de José Unda es consecuente con su pensamiento relativo, tal cual el expresionismo liminar formulado en las cuatro estaciones de su arte que se presentan en esta muestra como la parte de un todo creativo.

Florecientes, intensas, pasivas, recias; así se marcan las huellas de un pintor en el curso inacabable de su oficio estacional.

 

Humberto Montero, marzo de 2023.